El equipo dirigido por Isabel Fabregat, investigadora del IDIBELL y CIBEREHD, ha demostrado que NOX4 es necesario para frenar el crecimiento de las células cancerosas en respuesta a TGF-beta, como parte de las acciones supresoras de tumores de este factor. Sin embargo, en contra de lo inicialmente esperable, el pronóstico de los pacientes que expresan altos niveles de NOX4 y TGF-beta es menos favorable, lo que sugiere que esta proteína en ciertos contextos también puede promover acciones pro-tumorogénicas. Ante este hecho, los autores profundizaron en el papel de NOX4 en respuesta a TGF-beta demostrando que NOX4 también media su capacidad para inducir migración e invasión, a través de la regulación del citoesqueleto celular.
“Nuestros hallazgos proporcionan una visión más profunda de cómo NOX4 y TGF-beta interactúan en el cáncer de hígado. Esto podría abrir la puerta a nuevas opciones de tratamiento y enfoques personalizados para los pacientes”, afirma la Dra. Fabregat. Y sigue: “NOX4 ayuda a controlar el crecimiento del tumor, pero también es necesario para que las células cancerosas se muevan y se extiendan”.
El trabajo se ha realizado en el contexto de una colaboración dentro del CIBEREHD, con el grup M. Luz Martínez-Chantar (CIC Biogune, Bizkaia), y una colaboración internacional con el grupo del Dr. Gianluigi Giannelli (IRCCS Saverio De Bellis Research Hospital, Bari), y ha contado con el apoyo de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y de la Agencia Estatal de Investigación (MICINN).
El carcinoma hepatocelular es una de las neoplasias malignas más mortales en todo el mundo debido a su alta tasa de recurrencia, alto potencial metastásico y resistencia a los medicamentos. Por ese motivo, los resultados de esta investigación son muy valiosos para una mejor comprensión y eventualmente una lucha más efectiva contra esta enfermedad.
El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) es un centro de investigación en biomedicina creado en 2004. Está participado por el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital de Viladecans del Instituto Catalán de la Salud, el Instituto Catalán de Oncología, la Universidad de Barcelona y el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat.