El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) aparece durante la infancia y a menudo se mantiene durante la edad adulta, con un gran impacto en la vida de las personas afectadas. Estudios epidemiológicos previos han mostrado que este trastorno se relaciona con una menor esperanza de vida y una mortalidad hasta cinco veces más elevada que la de personas sin TDAH. Un estudio liderado por el Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el Hospital Universitario Instituto Pere Mata, ha permitido identificar por primera vez 19 regiones genéticas asociadas al mismo tiempo a este trastorno y a una menor esperanza de vida.
Este trabajo de investigación ha sido publicado en la revista Neuropsychopharmacology. Han colaborado las instituciones previamente nombradas junto con la Universidad de California.
Estudios epidemiológicos previos han mostrado que este trastorno se relaciona con una menor esperanza de vida y una mortalidad hasta cinco veces más elevada que la de personas sin TDAH.
Ahora, los investigadores han combinado resultados de dos estudios de asociación de genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés: genome-wide association study) para encontrar variantes genéticas, es decir, cambios en el genoma, relacionadas con el TDAH y la esperanza de vida. Se analizaron datos genéticos de 19.099 paciente con TDAH y 34.194 de personas sanas. Para analizar la esperanza de vida utilizaron datos de alrededor un millón de personas.
La investigación identificó 19 regiones genéticas asociadas al TDAH y a la esperanza de vida. “Por primera vez, este estudio identifica genes asociados a la vez con el TDAH y una menor esperanza de vida, lo cual pude contribuir a explicar las observaciones epidemiológicas previas de una mayor mortalidad en pacientes con este trastorno”, afirma María Soler Artigas, investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM).
Entre los genes identificados destaca TNKS, el cual tiene un papel esencial en el mantenimiento de los telómeros, las regiones de los cromosomas implicadas con la longevidad, y que está implicado con otros rasgos psiquiátricos y trastornos metabólicos que aparecen a menudo en pacientes con TDAH. Los autores también han identificado los genes AKAP6 y SEMA6D, previamente relacionados con otros trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, o los genes SYPL2 y HMG20A, los cuales tienen un papel relevante en el control de diferentes funciones cerebrales. “Un descubrimiento interesante es que todas las variantes genéticas que aumentan el riesgo de TDAH reducen, al mismo tiempo, la longitud de la vida”, explica Gerard Muntané, investigador del IISPV, del Hospital Universitario Instituto Pere Mata y del CIBERSAM
A la hora de explicar los motivos de este incremento en la mortalidad, los autores destacan que es necesario tener en cuenta los comportamientos de riesgo que a menudo presentan las personas con TDAH. En este sentido, el Dr. Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR e investigador del CIBERSAM, afirma que “el TDAH pude hacer que los pacientes sean más propensos a tener conductas desafiantes o de riesgo que les lleven a tener más accidentes”. Por otro lado, también es necesario tener en cuenta que estas personas tienen más tendencia a tener hábitos perjudiciales, como fumar o tener una dieta poco saludable. Estas costumbres se relacionan con la aparición de otras enfermedades, como la diabetes o patologías cardiovasculares, las cuales también pueden contribuir a disminuir la esperanza de vida.
Los autores de este estudio destacan que el riesgo de muerte prematura también depende de la edad de diagnóstico del TDAH. Así, los individuos diagnosticados en la edad adulta tienen un mayor riesgo de mortalidad en comparación con las personas diagnosticadas durante la infancia o la adolescencia. “Es clave un diagnóstico temprano que nos ayude a hacer un seguimiento y acompañamiento de los pacientes precozmente para evitar su entrada a una trayectoria negativa que podría acabar con una mayor mortalidad”, explica la Dra. Marta Ribasés, investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y del CIBERSAM.
"Nuestra investigación proporciona nuevas evidencias que los genes implicados en el TDAH también pueden estar relacionadas con otros procesos biológicos que influyen en la salud y la duración de vida”, concluye el Dr. Gerard Muntané.
Referencia del estudio:
Shared genetic architecture between attention-deficit/hyperactivity disorder and lifespan
https://www.nature.com/articles/s41386-023-01555-x