Investigadores de la Facultad de Medicina han identificado que el consumo regular de refrescos azucarados se asocia significativamente con un mayor riesgo de desarrollar en el futuro un cáncer de mama invasivo en mujeres postmenopáusicas. El estudio ha sido realizado en el marco del Proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) por el grupo de investigación CIBEROBN que lidera Miguel Ángel Martínez-González en la Universidad de Navarra y se publica en European Journal of Nutrition.
El trabajo ha valorado a más de 10.000 mujeres, que han recibido un seguimiento durante una media de 9,9 años y con una mediana de edad de 33 años de la cohorte SUN y sin cáncer de mama en el momento del reclutamiento. Durante el seguimiento se confirmaron 100 casos de tumor de mama. Entre las mujeres posmenopáusicas que consumían refrescos azucarados de forma regular, se observó una incidencia significativamente mayor de cáncer de mama en comparación con aquellas que no los ingerían o que lo hacían de forma ocasional. Asimismo, no se halló relación en las mujeres premenopáusicas. No obstante, los autores advierten de que es necesario realizar estudios longitudinales más amplios para apoyar esta conclusión.
Posibles respuestas a la relación de refrescos azucarados y cáncer
Otros estudios realizados en EEUU y en Australia habían encontrado resultados similares, según apunta Alfredo Gea, profesor de la Facultad de Medicina e investigador del CIBEROBN. “El azúcar contenido en las bebidas azucaradas podría actuar, entre otros mecanismos, mediante un incremento de la concentración de insulina en sangre, y directamente sobre las células del tejido mamario. Hay varios mecanismos, por los que el consumo de refrescos azucarados puede promover la proliferación de células del tejido mamario, y favorecer la invasividad y la migración de células tumorales”.
Mayores concentraciones de insulina también promoverían la transformación periférica de andrógenos a estrógenos en mujeres postmenopáusicas. “Es bien conocido que mayores concentraciones de estrógenos libres circulantes en mujeres postmenopáusicas incrementan el riesgo de cáncer de mama. Existen, por tanto, mecanismos que podrían explicar los resultados encontrados”, explica Andrea Romanos, firmante del artículo y becaria de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).
Según Estefanía Toledo, codirectora del grupo del CIBEROBN en la Universidad de Navarra, estos resultados aportan “nueva evidencia para apoyar estrategias de salud pública” dirigidas a disminuir el consumo de bebidas azucaradas a nivel de la población, mientras que para Miguel Ángel Martínez-González, jefe de grupo del CIBEROBN e investigador principal del Proyecto SUN, este es un motivo más por el que no es exagerado afirmar que los refrescos azucarados son como una “maldición” que ha caído sobre la humanidad.